26 may 2025

Episodio 363: Lecturas diabólicas

Título original: I, Madman (1989)
Director: Tibor Takács
Intérpretes:
Jenny Wright......................Virginia
Clayton Rohner...................Richard
Randall Wiliam Cook.........Dr. Alan Kessler

Tocamos hoy un ejercicio metaliterario o metacinematográfico (no estoy seguro) en el sentido estricto de la palabra.
Algo que seguramente en más de una ocasión nos habría gustado que nos pasara, aunque no con todos los libros que leemos, claro. Pero bueno, antes de que penséis que de qué narices estoy hablando, vamos con un resumen del argumento:

Virginia está fascinada con un libro de terror que alguien le ha enviado. Cuando lo termina, busca más libros del autor (aunque sólo tiene otro más), pero no consigue dar con él, hasta que alguien, de nuevo, lo deposita en su puerta. En el libro, un Doctor, despechado por un amor no correspondido, se mutila partes de su rostro. Pero al parecer, ese personaje ha salido del libro al mundo real, enamorado de Virginia, y para que ella se enamore también de él, comenzará a matar gente, robándole las partes que se había mutilado para intentar recomponerse.

¿Me prestas tu baba de caracol?

Tibor Takács no es un desconocido por aquí, ya hablamos de él en La Puerta y en su secuela.

A Jenny Wright hemos podido verla en películas como Los viajeros de la noche o El cortador de césped.

El actor que interpreta al Doctor también hizo de maquillador (así se aseguraba el papel) y de supervisor de efectos de stop motion. En este sentido se ve la similitud con la otra película de Takacs mencionada: La puerta. Además, al principio, se puede ver uno de los diablillos que aparece en dicha película.

Aunque la crítica se quejó un poco por la violencia gráfica (las he visto MUCHO peores), también alabó ese ejercicio metaliterario y las reminiscencias al cine negro o de monstruos clásicos.

Sin llegar a ser una mala película, comparándola con La Puerta creo que sale perdiendo, sobre todo en efectos. El stop motion no está mal hecho, pero llega a desentonar un poco. Además tiene uno de esos finales que odio, en los que en un momento están en pleno apogeo del desenlace y 30 segundos después estás leyendo los créditos. Pero repito, la película se deja ver tranquilamente sin notar que has desperdiciado tu vida.




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