Título original: Puppet master (1989)
Director: David Schmoeller
Intérpretes:
Paul Le Mat.............Alex Whitaker
William Hickey.......Andre Toulon
Irene Miracle...........Dana Hadley
La venganza de los muñecos es el título en original de esta película, pero la verdad es que como realidad se la conoce es por su título en inglés: Puppet Master, que se podría traducir como El amo de las marionetas (nombre por el que a veces se puede encontrar también esta película). Y es que la película va de eso, ni más ni menos.
Un viejo titiritero ha conseguido una forma de dotar de vida a sus preciosas (o eso se cree él) marionetas. El titiritero vive y trabaja en un hotel y un día dos personajes llegan en su busca. Antes de que den con él, el titiritero esconde todo su material en un panel secreto y se suicida de un disparo en la boca. En próximas entregas se descubre que eran unos agente nazis interesados en lo que podía hacer. Muchos años después, ya en la actualidad (la de entonces, claro), un grupo de psíquicos reciben una "llamada" que los reúne y hace que vayan de visita al hotel donde murió el titiritero. Allí descubren que su llegada ya había sido anunciada y que el que los esperaba era un viejo amigo común que acababa de fallecer y con el que habían ayudado hace tiempo en un experimento. Pronto las marionetas aparecen en escena para campar a sus anchas y hacer de las suyas.
Creo que algo no me ha sentado bien
Dirige David Schmoeller sobre un guion de Charles Band, que había montado una productora para hacer películas de terror de bajo presupuesto. Y hasta el día de hoy sigue, habiendo creado sagas y sagas con partes y más partes.
En cuanto a efectos, la película utiliza para mover a los muñecos una mezcla de Stop Motion en algunas escenas y de marionetas con truco en otro. No se puede decir que estén mal hechos, todo lo contrario, pero yo le saco el mismo problema que le veo al resto de películas de muñecos asesinos: Chucky. Después de ver la maravilla que hicieron con Muñeco Diabólico, el resto te parecen cutronas. Al menos el plantel de muñecos es curioso: el más famoso quizás sea ese bicho blanco con gabardina y gorro negro que en lugar de mano tiene un garfio y que además cada vez que se excita (del tipo que sea) le salen como unos cuchillitos por los ojos; el muñeco que parece un teleñeco, con brazos de persona, torso de esculturista y cabeza reducida por los jíbaros; el muñeco que en lugar de coronilla tiene un taladro tunelador; el que parece Man-e-faces de los Masters del Universo; y la que más grima me da a mí, la muñeca que parece una Yurei japonesa y que echa sanguijuelas por la boca (que no me preguntes para qué sirve, pero bueno...). Lo que está claro es que el titiritero muy buena intención no tenía a la hora de crear las marionetas.
Como película no funcionó muy bien en el cine, y el productor y guionista Charles Band decidió adelantar el estreno en vídeo porque sabía que en ese mercado triunfaría más, cosa que le dio la razón. Y tanto fue así que la película tuvo por lo menos 9 secuelas/precuelas, amén de crossovers con otras sagas de terror como Juguetes asesinos (Demonic Toys). Echadle un ojo si tenéis ocasión.
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