Título original: Basket Case 2 (1990)
Director: Frank Henenlotter
Intérpretes:
Kevin VanHentenryck.............Duane
Annie Ross..............................Abuela Ruth
Heather Rattray.......................Susan
Nos encontramos con la primera secuela de una de las películas de culto de los años 80. Una película que, todo sea dicho, es bastante mala.
La primera película triunfó por el hecho de la moda de amar todo lo que sea demasiado cutre, y con el escaso presupuesto que tuvo, la película fue un ejercicio entre colegas de cómo rodar una película de forma imaginativa y acabar triunfando. Ésta cuenta con más presupuesto, pero hablaremos de eso más adelante.
Duane y Belian han sobrevivido a la caída desde la ventana de su hotel y el caso toma gran repercusión. En el hospital todos los periodistas quieren saber la historia, pero Duane consigue escapar junto a Belial y son recogidos por la abuela Ruth y Susan, que los llevan a una gran casa de campo donde allí se encuentran a otros especímenes como ellos que Ruth ha estado recogiendo para protegerlos del cruel mundo exterior. Mundo que, por cierto, no está dispuesto a dejar marchar a Duane y a Belial como si tal cosa.
Dirige de nuevo Frank Henenlotter, del que hemos hablado en unas cuantas ocasiones por aquí.
En el papel de Duane repite de nuevo Kevin VanHentenryck, con ese apellido tan difícil de pronunciar. Quizás el hecho de tener más presupuesto y poder contar con actores de verdad (más o menos), hace destacar más la falta de actuación de Kevin, que se nota que no es profesional en absoluto. No es el caso de Annie Ross, una veterana actriz con mucho a su espalda y a la que pudimos ver incluso en Superman III. Henenlotter estuvo tan impresionada con lo buena actriz que era que siempre dijo que ni siquiera tuvo que dirigirla.
Al principio Henenlotter no tenía pensado hacer esta secuela, ya que sentía que poco más se podía decir: la gente ya sabía lo que había dentro del cesto, todos los doctores habían sido asesinados y además Duane y Belial habían sido asesinados. Pero finalmente decidió hacerla, aunque inicialmente la cinta se iba a centrar más en los freaks de la casa y menos en los dos hermanos.
Como decía antes, la película tiene un mayor presupuesto (según IMDB, 2 millones y medio de dólares frente a los 35.000 que costó la primera). Eso se nota en el acabado final, en los personajes, en los escenarios y en muchas cosas más, haciendo que, para muchos, se perdiera ese encanto de la primera que la convirtió de culto. Yo no estoy entre ellos.
También se notó en la cantidad de monstruitos y marionetas usados para la película, que parecen sacados de la taberna de Mos Eisley. Incluso Belial tiene un aspecto mejorado, haciendo incluso que se parezca bien poco a cómo era el monstruo en la primera película (y que tanto miedo me dio).
La crítica fue bastante amable con la película, alabándola en numerosos aspectos e incluso diciendo que rendía homenaje a la película La parada de los monstruos. Sin duda es una buena secuela y un buen ejercicio de gore y horror que un buen aficionado al terror no debería perderse.


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