Título original: La revanche des mortes vivantes (1987)
Director: Pierre B. Reinhard
Intérpretes:
Cornélia Wilms...............Ingrid Schwartz
Anthea Wyler...................Brigitte
Véronique Catanzaro.......Jocelyne
La revancha de las muertas vivientes, también conocida como Gritos de ultratumba (y no es una película erótica, ojo) es una película de origen francés y también una de las más ridículas que he visto en mucho tiempo (junto con La muerte viaja en vídeo).
Si se me permite el cambio de tercio, en esta ocasión voy a cambiar la típica reseña habitual por un resumen comentado de la película.
La película comienza con una serie de gritos sobre las letras de créditos. Repito: no es una película erótica. A continuación vemos a una autoestopista que para un camión, pero con la mala suerte de torcerse un tobillo antes de subir. El camionero la ayuda, pero pasado un rato decide que es mejor parar a tumbarse sobre una manta en un molino abandonado y de paso hacer cochinadas, momento que aprovecha un motorista para verter un extraño líquido en el contenido de la cisterna del camión.
Resulta que el camión transportaba leche, y tres chicas de un pueblo mueren envenenadas al tomarla (un pueblo poco bebedor de leche, por lo que se ve). La policía investiga y para ello interroga al presidente de la compañía dueña del camión, el cual dice no saber nada. Mientras, su secretaria entrevista a una mujer para un puesto que veremos más adelante.
Pero el presidente no es trigo limpio, y contrata a un hombre para que se deshaga de unos barriles de residuos lo más lejos posible del pueblo. Ahora entra la mujer contratada de antes, que resulta que su cometido era el de emborrachar y dormir al presidente para que así su secretaria pudiera hacer un vídeo de ambos desnudos en la cama.
El encargado de deshacerse de los residuos decide hacerlo en el cementerio del pueblo (ya sabes, todo lo lejos que se le ha ocurrido), y resulta que los muertos vuelven a la vida. O más bien las muertas, puesto que sólo resucitan las tres chicas que murieron al principio (debe ser que los residuos sólo reaccionan con la leche envenenada). Las muertas salen de su tumba y se van del cementerio, pero eso sí, antes cerrando bien la lápida primero, no sea que se escape el gato.
El presidente ha sido llamada a la sede central en Alemania, y parte dejando a su mujer sola en casa. Pero ella es pícara y aprovecha para esperar a su amante. El timbre suena, y ella dice "está abierto", así que las invitadas pasan, que son las tres muertas que han tenido la decencia de llamar primero, no vaya a ser que la pillaran en el váter. Con un zapato de tacón, atraviesan el ojo de la mujer del presidente, y cuando el amante llega a la casa, sube a la habitación, donde una de las muertas le espera bien arropada. Él, por casualidades del destino, decide hacerle el amor sin dejarla hablar, y mira tú qué cosas, no se entera de que se acaba de acostar con una zombie (mientras las otras dos miran escondidas).
¡Al agua patos!
El director, ya en Alemania, recibe una llamada que le informa de la muerte de su esposa, así que vuelve a Francia, pero acompañado por una mujer de la empresa alemana. La secretaria, que es la que le ha dado la noticia, está con un policía, que le pregunta si volverá pronto, a lo que ella responde que ya está en el avión... ¿cómo? Mientras, la secretaria intenta seducir a uno de los científicos de la empresa, que no es otro que el amante de la mujer del presidente, al que de paso le informa de su muerte (tras rechazarla a ella), describiéndole que murió con un objeto punzante en el ojo que le perforó el cráneo y que no sufrió mucho... ¡¿CÓMO?!. Además el científico recibe una llamada de la policía para colaborar en una investigación, ya que han encontrado uno de los barriles de residuos en el cementerio (muy buen trabajo, sí señor).
Esa misma noche, el científico hace vigilancia en el cementerio y es entonces cuando vuelve a llegar nuestro currito a deshacerse de más barriles. Parece que las muertas vivientes necesitan combustible todas las noches, porque con el nuevo vertido, vuelven a resucitar. Es entonces cuando llega la alemana y pilla al currito en el acto, echándole un rapapolvo y diciéndole que se vaya, mientras las muertas observan escondidas. Una vez que se va en su camioneta, las muertes aparecen delante y le arrancan el pene de un mordisco.
El director, feliz con su nueva vida de soltero, recibe la visita de su secretaria, que tras un pequeño chantaje, hace el amor con él. Durante el coito, las muertas llegan a su casa y se esconden dentro de la piscina. Tras consumar, ella se va a la ducha y él a la piscina (listas estas muertas, que sabían sus planes) y es agarrado y ahogado allí mismo.
El científico en su casa no puede dormir debido a todo esto, y su mujer embarazada intenta consolarlo. Él además tiene la mano llena de pústulas, tal vez debido al acto que hizo con la muerta, con la que además tiene visiones. En Alemania reciben la sex tape grabada y piden un chantaje de mucho dinero que por supuesto aceptan pagar.
Mientras, la alemana investiga para intentar aclarar qué está pasando, y llama al científico, que promete colaborar con ella y le cuenta lo que vio la noche anterior. Ella no sólo le cree sin rechistar, sino que le acompaña por la noche al cementerio y juntos vierten residuos en las tumbas para ver qué pasa. Las muertas resucitan de nuevo y por el camino interrumpen a un hombre que había contratado a una prostituta. Le roban el coche y llevan a la prostituta a su casa (sabían dónde vivía, qué cosas) y después de un acto lésbico con ella, le insertan una espada por donde duele y encima dejan un mensaje escrito con sangre y después se van a la iglesia. Además tiene lugar uno de los diálogos más estúpidos de la película: La policía pregunta por quién era la mujer secuestrada, a lo que le dicen "Sonia, una rubia". El agente, ni corto ni perezoso, responde "Debe ser Sonia". ¡Toma ya!
El científico llega a su casa y su mujer, histérica, le dice que las muertas han estado allí para buscarle. Él para calmarla decide darle una ducha, pero sin querer le toca la barriga con su mano fea y se acaba derritiendo (la barriga) con su bebé dentro.
A la fábrica llega un maletín dirigido a la alemana, que contiene el dinero para pagar el soborno. La secretaria, al tanto, pega el cambiazo y se lleva el dinero en unas carpetas. El motorista del principio va la iglesia a confesarse, pues no puede más con la culpa, pero de nuevo las muertas se han adelantado a la jugada de los demás, y le esperaban dentro del confesionario y acaban matándolo. Cuando las muertas abandonan la iglesia, paran un coche que las recoge y se las lleva. Más adelante encuentran un control policial y el coche intenta dar la vuelta (la persona que las había recogido era la secretaria, así porque sí). Pero ante un nuevo control policial el coche pierde el control mientras dentro se oye un "frena, frena!" que nos quiere decir que, o bien las muertas ahora hablan, o que es la secretaria la que lo dice y una de las muertas conducía (vota qué opción de las dos te parece más absurda). El coche finalmente vuelca y se incendia, llenándose de gritos desgarradores mientras el dinero vuela chamuscado.
Y ahora es cuando viene lo más cachondo de la película. Un texto en pantalla te dice lo siguiente:
"No seáis diabólicos. No destrocéis el interés que pudieran tener vuestros amigos por esta película. No les contéis lo que habéis visto. Gracias en su nombre".
FIN
Y esta vez en lugar de tráiler, os dejo la película entera para que todos os maravilléis con ella.
1 comentario:
Excelente reseña, tal y como recuerdo la película, gracias !!
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