Título original: Dawn of dead (1978)
Director: George A. Romero
Intérpretes:
Ken Foree.................Peter
Scott H. Reiniger......Roger
Gaylen Ross.............Francine
La primera secuela de La noche de los muertos vivientes tardó exactamente 10 años en llegar. No es que Romero no quisiera, pero tampoco había sido su prioridad. ¿Y valió la pena la espera? Absolutamente sí.
De pequeño recuerdo ver la carátula en el vídeoclub, que siempre pensaba "¿Por qué los zombies son azules?". Tiempo después, conseguí ver la película en el espacio "Alucine" que emitía TVE2 los sábados por la noche. La verdad es que caí rendido a sus pies de inmediato. La trama no continúa exactamente donde acaba su predecesor, pero sí avanza el apocalipsis zombie que empezó en ella.
A pocas semanas del comienzo de la epidemia, aún hay grupos que piensan que pueden resistir y superarla. La televisión se dedica a retransmitir debates sobre qué hacer con ellos que claramente tiene dividida a la población. Precisamente un grupo de SWAT son enviados a un edificio de viviendas donde sus habitantes almacenan a sus muertos como muestra de respeto. Es allí donde dos de sus miembros se dan cuenta de la barbarie que se ha desatado y de que no aguantan más. Uno de ellos le cuenta al otro que tiene pensado huir con una amiga suya, reportera de televisión y su novio, piloto de helicóptero. Finalmente los 4 deciden montar en el helicóptero y huir a un lugar donde puedan tener una vida relativamente normal dentro de los tiempos que corren. Los problemas no tardan en llegar, y bajos de combustible, deciden aterrizar el helicóptero en el tejado de un centro comercial, sellan las entradas con camiones y eliminan a todos los zombies de su interior para poder tener una vida tranquila e incluso con lujos. Pero todo esto durará poco ya que un grupo de motoristas descubre el lugar y decide apoderarse de él. Finalmente los muertos acabarán tomando de nuevo el centro comercial.
¡Empiezan las rebajas!
De nuevo aquí nos encontramos con que hay que tener más miedo a los vivos que a los muertos. Los protagonistas lo tenían todo bajo control hasta que otro grupo de personas decide que quieren lo que ellos tienen y además no tienen intención de compartirlo, sólo de saquearlo todo para su beneficio. Como consecuencia de ello, los zombies, de nuevo, resultan victoriosos.
Además aquí sí que podemos encontrar una clara crítica social, contra el capitalismo y el consumo compulsivo. De hecho se menciona que los zombies acuden al centro comercial quizás por recuerdos de su vida pasada, como un acto reflejo de ello.
De nuevo también nos encontramos con caras pocas conocidas. Casi todos ellos por el hecho de haber participado en esta película de culto, fueron caras que desfilaron por producciones de películas de zombies de bajo presupuesto y más malas que una gala de Operación Triunfo.
De la película también se hizo un remake ya en pleno S.XXI. Por un tiempo crucé los dedos para que de nuevo fueran el tandem Romero-Savini los encargados de él, pero cayó en manos de Zack Snyder. El remake no me gustó absolutamente nada, y lo único que tiene en común con la versión original es el centro comercial. Yo es que lo de los zombies que corren no lo llevo bien (salvo en El regreso de los muertos vivientes, claro) y lo de los saltos de Jackie Chan menos aún (y si no, recordad la escena del principio donde la niña se levanta del suelo de un salto de karateka).
En esta película ya sí pudo participar Tom Savini y dota a la película de casquería para dar y tomar, además de tener que maquillar a cientos de zombies.
A mi parecer hay escenas que acojonan o inquietan. Por ejemplo, la escena en la que el Hare Krishna descubre la zona donde se escondían los vivos y accede a ella cuando sólo está la chica, es bastante tensa y acojonante. Pero bueno, que será mejor que juzguéis vosotros mismos.
Cuando no quede sitio en el infierno, los muertos caminarán sobre la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario