Episodio 78: La profecía

Título original: The omen (1976)
Director: Richard Donner
Intérpretes:
Gregory Peck.............Robert Thorne
Lee Remick................Katherine Thorne
Harvey Stephens........Damien Thorne

Todo un clásico del cine de terror y que se ha hecho rogar hasta llegar a esta página. Quizás la película del advenimiento del anticristo por excelencia, con permiso de nuestra patria El día de la Bestia de Alex de la Iglesia. Porque si algo acojona es el diablo y un niño con cara de cabrón, que aquí podemos encontrar de los dos.


El día 6 de junio a las 6 de la mañana (6 del 6 a las 6) nacen en un hospital de Roma el hijo de Robert Thorne y también Damien. Lamentablemente, el hijo de Thorne muere, y por no darle el disgusto a su mujer, acepta el trato que le ofrece un sacerdote del hospital: como la madre de Damien ha muerto también, decide tomarlo en adopción y hacerlo pasar por su propio hijo sin contárselo a nadie. Poco después Robert recibe el cargo de embajador de los Estados Unidos en Reino Unido, con lo que se traslada allí con toda su familia. A los 5 años de edad, extraños sucesos y misteriosas muertes empiezan a rodear a Damien. Los eventos descritos en La Biblia y que auguran el inicio del Apocalipsis parecen estar sucediéndose, y alguien tendrá que evitarlo. Robert decide junto con un fotógrafo, intentar que eso no suceda.

Me he colado en la portada del Master of Puppets

Dirige Richard Donner, para mí uno de los directores más grandes que existe y a la vez de los más infravalorados. Está claro que Steven Spielberg es considerado como el Rey Midas de Hollywood, pero el entretenimiento que nos ha dado Donner no muchos han sido capaces de dárnoslo y con tanto acierto. No creo que exista director más variopinto y que haya tocado tantos palos como él. Y es que sus películas han tratado casi todos los géneros: el terror en esta que nos ocupa; los superhéroes en la grandiosa Superman; la fantasía con Lady Halcón; las aventuras con Los Goonies; el humor con Su juguete favorito o Los fantasmas atacan al jefe; el cine de acción con títulos como la saga de Arma Letal o 16 calles; el western con Maverick; y hasta los viajes en el tiempo con Timeline.

El elenco que le acompaña tampoco es nada deleznable. Como protagonista tratando de evitar la venido del anticristo tenemos a un grande entre los grandes como es Gregory Peck, del que, por citar alguna de sus cientos de películas conocidas diré Vacaciones en Roma, Matar a un Ruiseñor o Los cañones de Navarone.

Le acompaña interpretando a su mujer la bella Lee Remick. En mi retina quedó su papel en Días de vino y rosas junto a Jack Lemmon, que le valió una nominación al Óscar y donde reconozco que me enamoré de ella.

Y a pesar de que su carrera de actor se limita a ésta y a una película para televisión, he de reconocer que Harvey Stephens, el niño que interpreta a Damien no podría haber sido mejor elección.No es que su papel sea merecedor de un Óscar (a decir verdad su papel en la cinta se limita a unos pocos minutos) pero la cara de cabrón que tiene el niño hace que te creas que es el Anticristo de verdad. Se dice que mientras Richard Donner hacía el casting a un montón de niños para elegir a Damien, Stephens llegó y le pegó una patada en sus partes y ahí es donde vio que no había niño mejor para interpretar al hijo de Satanás (que seguramente eso es lo que saliera por su boca, vamos).

La música también es un gran acierto, obra de Jerry Goldsmith y con la que consiguió un Óscar gracias a su Ave Satani. Magistral, en serio.

Hecha con ganas, como me gusta decir, y tomándosela en serio, como se hacía antes. Ahora las películas de terror se consideran un género menor, pero películas como ésta, La semilla del diablo o El Exorcista demuestran que se podía hacer cine de terror que gustara a público y crítica.

En 2006 se hizo un remake (como no) protagonizado por Liev Schreiber y dirigido por John Moore (responsable de otros truños como Max Payne y La jungla: un buen día para morir). Qué decir que no sepáis: una basura de cuidado, y el niño que hace de Damian, en mi opinión, no vale nada. Stephens tenía cara de cabrón. Punto. El nuevo niño tiene cara de flipado intentando poner cara de malo. Caca.