Título original: Poltergeist III (1988)
Director: Gary Sherman
Intérpretes:
Heather O'Rourke...............Carol Anne
Tom Skerrit.........................Bruce Gardner
Nancy Allen........................Patricia Gardner
En la reseña anterior hablamos de Polgergeist II y ahora, por petición popular, ha llegado el turno de la 3ª entrega de la saga y cierre de la trilogía.
El nivel en esta entrega baja bastante más con respecto a la película anterior, donde la acción se traslada a la ciudad y donde los cambios afectan a casi toda la película.
Carol Anne es enviada a pasar una temporada a casa de sus tíos, que viven en un gran edificio de apartamentos/oficinas del que el tío de Carol Anne se encarga de administrar. Además es enviada a un colegio para niños no normalitos, donde uno de sus profesores cree que Carol Anne es la culpable de todos los hechos ocurridos en las anteriores entregas y que es capaz de proyectar alucinaciones sobre los demás. Pero el reverendo Kane no ha acabado con ella y la ha encontrado, así que el edificio entero pasará a ser asediado por los fantasmas para salirse con la suya.
Parchis al completo
Dirige Gary Sherman, del que ya hablamos en Muertos y enterrados o en Lisa, juego mortal.
A la cabeza del reparto seguía Heather O'Rourke, como una representante de la familia Freeling en esta película. Sobre ella se ha dicho que murió a mitad de rodaje y que tuvo que ser sustituida por un doble y por eso en algunas escenas parece un hámster guardando pipas, pero en realidad su cara hinchada se debe a un medicamento que tomaba y ella sí que terminó el rodaje.
Le acompaña Tom Skerrit, capitán Dallas de la Nostromo, y Nancy Allen, la malvada Chris de Carrie (entre muchos papeles destacables ambos). También podemos ver a una jovencísima, bellísima y preoperada Lara Flynn Boyle.
Como mencioné antes, el nivel de esta entrega es el más bajo con diferencia, debido a varios factores. Personalmente, el dejar fuera al resto de la familia Freeling y el trasladar la acción se me hace menos apetecible. El personaje del Reverendo Kane ya tiene tanta fuerza e impacto como en la anterior, debido principalmente a que el actor que lo interpretaba había fallecido y el nuevo no daba nada de miedo.
Lo que sí que se le agradece son sus efectos tradicionales, y los juegos que hacen con los reflejos de los espejos me parecen muy buenos. Si uno los conoce y se fija mucho, se nota cómo está hecho, pero cuando no tienes ni idea, y en una época en la que un ordenador servía para jugar al ping pong, me parece una idea de una brillantez absoluta.
Aún con todo lo dicho, y sin ser una obra maestra, creo que la película no aburre en su visionado y que está a un nivel superior a muchas películas de la época.
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