Título original: Monkey Shines (1988)
Director: George A. Romero
Intérpretes:
Jason Beghe...............Allan Mann
John Pankow..............Geoffrey Fisher
Kate McNeil...............Melanie Parker
En esta ocasión tocamos de nuevo una película del maestro George A. Romero, que se daba un descanso de zombies tras acabar su primera trilogía tras El día de los muertos.
Por cierto que nunca entendí por qué en la carátula aparecía ese muñeco de mono que no tiene absolutamente nada que ver con la película. Vamos, que sí, sale un mono, pero es que ese juguete no aparece por ninguna parte. No sé, imagino que a alguien le parecería buena idea.
Allan es un estudiante de derecho al que además le gusta el footing, pero un día sufre un atropello y, a pesar de que le pueden salvar la vida, queda tetrapléjico en una silla de ruedas. Su amigo Geoffrey es un científico que experimenta con monos capuchinos, inyectándoles un suero hecho con el cerebro de una muerta con el fin de volverles más inteligentes. Ahora entra Melanie, el tercer vértice del triángulo, que es entrenadora de monos para que ayuden a personas como Allan. Geoffrey le presta uno de sus monos con la intención de ayudar a Allan, pero el problema es que el mono ya se estaba volviendo demasiado inteligente y la cosa no terminará bien.
Dirige, como decía, el maestro Romero, del que no hace falta que diga más, ya he dicho suficiente y aún así siempre será poco.
De las caras protagonistas, ni mucho ni poco que decir, la verdad. De Kate McNeil hablamos brevemente en Siete mujeres atrapadas. Me destacan caras más conocidas de personajes secundarios como las de Stanley Tucci o Janine Turner (La Maggie de Doctor en Alaska). También aparece Christine Forrest, la que fue esposa de George Romero y, que si mal no recuerdo, fue la que dio nombre al coche tan famoso de Stephen King debido a la amistad que unía al escritor con el director.
La película está basada en una novela y supuso el segundo largometraje de Romero con una gran productora, así como el segundo más caro. Como no estaba acostumbrado a presupuestos tan grandes, fue una tarea ardua para él, sobre todo porque debía rodar con numerosos monos diferentes.
Aparte de todos los monos usados para interpretar a Ella (la mono), Tom Savini construyó varios monos animatrónicos para determinadas tomas.
En un principio la película iba a tener un final más fiel a la novela, pero el estudio presionó para añadir uno más optimista. Muchos años después, en la edición de BluRay, se añadió un final alternativo que había sido grabado.
La película fue bien recibida por la crítica, a pesar de recibir las consecuentes protestas de diversos grupos animalistas. Esto no impidió que la película pasara a la cultura popular y que fuera parodiada en series tan míticas como Malcolm o Los Simpson.
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