Título original: 976 - Evil (1988)
Director: Robert Englund
Intérpretes:
Stephen Geoffreys..............Hoax
Patrick O'Bryan..................Spike
Jim Metzler.........................Marty
¿Os acordáis de cuando había líneas telefónicas de ésas que te sacaban el alma por hablar unos minutos? Pues esta película va de eso, aunque literalmente.
El teléfono del infierno te pone en línea directa con el inframundo, pero que no se te olvide marcar primero el prefijo de Zaragoza (976). 976 era el prefijo que se usaba en EE.UU. por esos servicios telefónicos de alto coste, igual que en España estaba el 903 que luego fue sustituido por el 906.
Spike es un duro adolescente pero que también es huérfano, así que le toca vivir con la santurrona de su tía Lucy (una estupenda Sandy Dennis) y el enclenque de su primo Hoax, centro de todas las burlas y los matones del instituto y al que siempre tiene que estar defendiendo. Spike encuentra un día un folleto del Horroróscopo y decide llamar y recibe una predicción que se cumple. Pronto decidirá llamar de nuevo, pero al no estar de acuerdo con lo que le piden, cortará por lo sano. Por desgracia su primo Hoax encuentra el folleto y llama por su cuenta, pero él no es tan fuerte como su primo, y harto de las burlas, de las palizas y del control de su madre, se deja llevar, hasta acabar poseído por una entidad diabólica con sed de venganza contra todos los que alguna vez se metieron con él.
¡No me da tiempo a llegar al baño!
Dirige Robert Englund, nuestro querido Freddy Krueger de la saga Pesadilla en Elm Street, en su debut detrás de las cámaras.
Como protagonista también tenemos a un conocido nuestro, Stephen Geffreys, que interpretó al Rata (Evil Ed) en Noche de miedo.
La dirección de Englund es bastante sólida para ser su primera película, aunque en algunos puntos flaquea bastante, casi como si la hubieran dirigido personas diferentes (algo más común de lo que pensamos)
Unos años después se hizo un remake, 976 - Evil II, en el que el único personaje que repite es Spike. En este caso es un profesor el que acaba poseído por el teléfono del infierno.
A pesar de las malas críticas que tuvo en su día, creo que para una tarde aburrida esta película puede ser un buen antídoto. Al menos te ayudará a que se te pase hora y media. Y si no, siempre te puedes reír un poco de las estéticas de los 80.
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