Título original: Inseminoid (1981)
Director: Norman J. Warren
Intérpretes:
Judy Geeson...................Sandy
Robin Clarke..................Mark
Jennifer Ashley...............Holly
Nos encontramos hoy ante un producto que cuando uno lo ve se queda con la sensación de que claramente podría haber sido más de lo que fue.
Quizás uno de tantos motivos es ese título tan desacertado, más cercano al de una película porno que al de una de terror, donde uno (junto al poster), se espera encontrarse con un alienígena salido esparciendo su semilla a diestro y siniestro (de hecho pensaba que ésa era la razón de que hubiera tantas mujeres en el reparto). Pero nada más lejos de la realidad.
Una nave es enviada a un planeta remoto tras perderse señal de la colonia establecida allí anteriormente (¿os suena?). Cuando llegan se encuentran con una especia de monumento funerario del que no tenían constancia. Allí sufren un percance que hace que un miembro de la tripulación se vuelva psicótico hasta acabar muerto. En otra expedición para descifrar unos extraños símbolos y recoger muestras, un extraño ser mata al lingüista y ataca e insemina a Sandy (una mezcla entre Pepa Flores y Dee Wallace). Sandy acaba psicótica también y empieza a matar a los miembros de la tripulación uno a uno.
Aquí, tomando el fresco
Dirige el cotarro Norman J. Warren, director de, entre otras, El esclavo de Satán, Muerte en el Año Nuevo o El ente diabólico.
Como decía, la película podría haber sido algo más, pero al final se queda por el camino, que ya es más de lo que les pasa a muchas. Su factura técnica es impecable, y sus 2 millones de dólares de presupuesto están más que bien invertidos. Las interpretaciones son correctas y comedidas, aunque a veces patinan un poco, sobre todo en la falta de saber de su director a la hora de filmar peleas creíbles (de ésas en las que a alguien le pasa el puñetazo a 3 metros de la cara).
Sin embargo creo que es también un producto fuera de su época, y es que está más cercana a una película de factura de los años 70 con una Ciencia Ficción de los 50. Tras Alien, el terror en el espacio había cambiado radicalmente, y es inevitable el acabar haciendo similitudes entre ésta y la del xenomorfo cabezón, con el resultado que ya sabréis.
Otro aspecto en el que falla es en el de saber crear tensión en el espectador, a pesar de tener todos los ingredientes: una nave de estrechos corredores, un psicópata que los acecha en cada esquina, grupos separados... Pero, a parte de un par de escenas como mucho, no sueles estar tenso en ninguna situación, y quizás es culpa también de unos personajes un poco mal construidos con los que no llegas a empatizar ni a conectar.
Estaréis pensando que qué tiene esta película que ver con Inseminoides. Pues la verdad es que bien poco. Sólo casi al final se muestran los resultados de esa inseminación, con algo que lo único que aporta es a su vez lo más ochentero que tiene: su final.
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