Título original: Blood Sisters (1987)
Directora: Roberta Findlay
Intérpretes:
¿Qué más da?
Blood Sisters (no confundir con ninguna de las series del mismo nombre) es una de esas películas de las que piensas "¿Por qué, Dios mío?"
Y es que , al igual que los cerdos, no tiene desperdicio si lo que quieres es criticar todo lo que pasa y acabar llorando igualmente.
Un grupo de chicas deben realizar un último acto si quieren ingresar en una reputada fraternidad: deberán pasar una noche en una casa abandonada y supuestamente encantada que hace 13 años había albergado un burdel en el que se cometió un crimen. Pero la líder de la fraternidad ha preparado algunos sustos por toda la casa. El problema es que no todos los fantasmas que aparecerán serán de goma o sostenidos por hilos. Para colmo, también hay un asesino que irá matando a las chicas una a una.
Somos 7 y sólo hay 4 vasos de leche
Dirige Roberta Findlay, una mujer que, revisando su filmografía, entiendes el porqué de muchas de las cosas que ocurren aquí. Abudan en ella las películas clasificadas como X, lo que explicaría el absurdo guion y los diálogos sin sentido que aparecen por todas partes, que pareciera escrito todo por un niño de 7 años.
Como digo, todo está plagado de sinsentidos, empezando por ese poster, donde aparece una especie de caballo diabólico... ¿Perdón? Además te pasas toda la película haciéndote preguntas, como "¿por qué si mataron a una prostituta nada más aparecen los fantasmas de todas?". O "¿Por qué la gente ve fantasmas y actúan como si hubieran visto una araña en el lavabo?". O "¿Por qué tarda toooda una hora en morir la primera de las chicas?".
La película dura sólo hora y media, pero se hace larga como si fueran 3. Además, la supuesta identidad del asesino es sabida por la mitad de la gente que ve la película en cuanto piense mínimamente. La otra mitad es que ha quitado la película.
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